domingo, 3 de octubre de 2010

para los que algún día lo verán



Para Javier y Miguel. Para mis alumnos.


Una vez había...

Un hombre que tomaba cada día el autobús para ir al trabajo. Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al ladao de la ventana.

La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana.

Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.

- ¡Son semillas!- le dijo la anciana.

-¿Semillas?¿Semillas de qué?

-De flores. Es que miro afuera y está todo tan vacio....Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?

-Pero las semillas caes en el asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros...¿Cree que germinarán al lado del camino?

-Seguro que si. Aunque algunas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará.

-Pero...Tardarán en crecer, necesitarán agua...

-Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!

La anciana siguió con su trabajo....

Y el hombre bajó del autobús para ir al suyo, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza.

Unos meses después... yendo al trabajo, el hombre al mirar por la ventana, vió todo el camino lleno de flores...¿Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje!

Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto.

Preguntó al conductor:

-¿La anciana de las semillas?

-Pues, ya hace un mes que murió.

El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje.

"Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra."

De repente, oyó la risa de un niño pequeño. Una niña señalaba entusiasmada las flores...

-¡Mira, papá! ¡Mira cuántas flores!



La anciana había hecho su trabajo, y dejó su herencia a todos los que pudieron recibirla, a todos los que pudieron contemplarla y ser más felices



Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas...

5 comentarios:

  1. que cuento tan bonito!!!
    y con tanto sentido...
    la anciana era sabia... y el hombre aprendió...
    a cosechar un mundo mejor.
    gracias

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  2. Me encantó!!

    Creo que es prácticamente igual a ser mamá, y a ser maestra...no? Cuando, en algunos años, personas conozcan a tus hijos y a tus niños y vean qué buenas personas son (cosa que no dudo), apreciarán y serán más felices gracias a tu esfuerzo, aunque jamás te conozcan, aunque tu ya no estés...

    Un saludos Natty

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  3. joder!... con tus descripciones de los placeres zamoranos se me ha hecho la bca agua... ojalá. me encantaría.

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  4. juan miguel...cuando quieras. Ya se sabe...Zamora no se hizo en una hora.

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  5. natty, te leo en el blog de Silvio y me gusta ver si los que habitan en "Segunda cita" tienen blog. Por eso llegué a tu Unicornio azu. Permíteme darte un aplauso, que maravillosa vocación la tuya. Además esta historia es conmovedora y llena de esperanza. En mi caso no llevo semillas, pero dejo mi canto en los buses de Bogotá. Te invito a mi blog "El mago de tu carazón". Un abrazo enorme y seguiré pasando por acá. Saludos desde Bogotá- Colombia

    Carlos Eduardo

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